viernes, 18 de junio de 2010

Adiós a Saramago


“… Y en vez de gritos, murmullos, en vez de risas, lágrimas, a veces nos preguntamos por qué la felicidad tarda tanto en llegar, por qué no vino antes, pero si se nos aparece de repente, como en este caso, cuando ya no la esperábamos, entonces lo más probable es que no sepamos qué hacer con ella, y la cuestión no es tanto elegir entre reír o llorar, es la secreta angustia de pensar que tal vez no consigamos estar a su altura” El Hombre Duplicado

“Uno habla por pasar el tiempo, o para no dejar que pase, es un modo de ponerle la mano en el pecho y decir, o suplicar, No andes, no te muevas, si das un paso más, me pisas, qué mal te he hecho yo. Es también como inclinarse, poner la mano sobre la tierra y decirle, Para, no gires, que todavía quiero ver el sol” Alzado del suelo

“Jesús dijo, No has respondido a mi pregunta. El escriba enderezó lentamente la cabeza, lo miró con la expresión de quien acabara de salir de un sueño y, tras un largo, casi insoportable silencio, dijo, La culpa es un lobo que se come al hijo después de haberse devorado al padre. Ese lobo de que hablas ya se comió a mi padre, Entonces sólo falta que te devore a ti, Y tú, en tu vida, fuiste comido o devorado, No sólo comido y devorado, sino también varias veces vomitado” El Evangelio según Jesucristo

“Morimos por enfermedades, de accidentes, de casualidades, y ahora moriremos también porque estamos ciegos, quiero decir que moriremos de ceguera y de cáncer, de ceguera y tuberculosis, de ceguera y sida, de ceguera e infarto, las enfermedades podrán ser diferentes de persona a persona, pero lo que verdaderamente nos está matando, ahora, es la ceguera” Ensayo sobre la ceguera   

“Si te clavan una navaja en la barriga, al menos que tengan la decencia moral de mostrarte una cara en consonancia con la acción asesina, una cara que rezume odio y ferocidad, una cara de furor demente, incluso de frialdad inhumana, pero, por el amor de Dios, que no te sonrían mientras te están rasgando las tripas, que no te desprecien hasta ese punto, que no te den esperanzas falsas, diciendo por ejemplo, No se preocupe, esto no es nada, con media docena de puntos estará como antes, o, Deseo sinceramente que el resultado del estudio le sea favorable, pocas cosas me darían mayor satisfacción, créame” La Caverna

Por estos y otros motivos, vale la pena recordar a Saramago de la más grata manera posible: leyéndolo